
¿En qué consiste el reto?
El reto de ZonderKids que estoy usando consiste en leer la Biblia (específicamente 100 capítulos) con nuestros hijos por 100 dias, pero dependiendo de la edad (y hábitos de tus hijos), yo lo adaptaría a simplemente leer cada día del verano.
¿Donde puedo encontrar el reto en español?
¿Para cuáles edades?
Creo que este reto se puede adaptar para niños de edades desde 5 a 12 ó 13 años
¿Por qué es importante?
El Señor nos ha llamado a enseñarles a nuestros hijos quién El es, su ley, y sus actos maravillosos (Salmo 78: 4-5). Encontramos quién Dios es en Su palabra, por lo que tomar tiempo para leer la Biblia junto a ellos, nos permite llevar a cabo esta labor.
Como padres tenemos la meta de que nuestros hijos cultiven el hábito de leer las Escrituras por sí mismos, y creo que es un acto de gracia cuando decidimos tomarles de la mano y ayudarlos a cultivar esto juntos.
Estudiar las Escrituras es un hábito que no tiene precio pero es parecido aprender a montar bicicleta. Inicialmente necesitamos rueditas, luego que alguien nos agarre la bicicleta hasta que ya podemos montarla solos.
- Al leer con nuestros hijos, y enseñarles herramientas de estudio bíblico le estamos proveyendo los andamios que necesitan – la estructura para permanecer firmes – cuando lo quieran hacer solos.
- Al leer juntos también modelamos a nuestros hijos qué hacemos cuando tenemos preguntas o cuando hay algo del carácter de Dios que no entendemos. Queremos mostrarles a ellos lo seguros que estamos en nuestro Padre para llevarles nuestras preguntas a El.
La cultura que vemos en el pueblo de Dios en las Escrituras, es una cultura de atesorar la Palabra de Dios: de leerla ( o escucharla) juntos, cantarla juntos (los salmos de ascenso gradual) y orarla juntos. Esa es una cultura que queremos cultivar cada vez más en nuestra familia, maravillándonos juntos de Dios en Su Palabra.
Así que ya sea que decidas hacer el reto de leer 100 días pero no de leer 100 capítulos, o de leer desde Génesis hasta Apocalipsis, o de leer un libro específico de la Biblia durante el verano, mi oración es que Dios obre en nosotros un mayor apetito por El mismo y una cultura en nuestros hogares de atesorar la Palabra.
Razones para leer de Genesis hasta Apocalipsis
Dios se ha revelado a nosotros en una historia que se desarrolla desde Genesis hasta Apocalipsis. Cuando leemos las Escrituras a “vuelo de pájaro” esto nos permite entender cada vez más quien Dios es, cómo ha lidiado con su pueblo por generaciones, cómo el lidia con sus enemigos, y, cómo juzga el pecado. Vemos su fidelidad a sus pactos y la historia de la salvación. Al leer la Biblia de principio a fin en un tiempo determinado, eso nos ayuda a conocer mejor cómo las Escrituras son acerca de Cristo. También nos guarda de tener una visión miópica.
Sugerencias para leer la Biblia con ellos
Clarifica tu meta:
Al asumir este reto, ¿qué quieres lograr?
Como padres, nosotros somos los responsables de trazar las metas que queremos lograr con nuestros hijos. Una de las cosas que tomamos en cuenta para determinar esto son las necesidades de nuestros hijos. Así que al asumir este reto de leer la Biblia con tus hijos este verano, es bueno que consideres qué necesitan tus hijos y qué quieres lograr.
- ¿Cultivar el hábito de leer la Biblia junto a tus hijos todos los días?
- ¿Enseñarles el método bíblico inductivo a profundidad o simplemente introducirlos al método?
- ¿Desarrollar independencia en tus hijos al estudiar las Escrituras?
- ¿Que tus hijos tengan una idea de la historia de la redención de Génesis hasta Apocalipsis?
Clarifica tu enfoque:
- Si lo que quieres es cultivar el habito de leer la Biblia junto a ellos todos los días, entonces escoge una cosa en la que te vas a enfocar en esa lectura diaria: qué aprendemos de Dios, cómo apunta este pasaje a Cristo, nombres de Dios, qué dice Dios directamente aquí, cómo influencia este pasaje en circunstancias que tienen como familia, cómo podemos orarle a Dios a la luz de este pasaje, etc.
- Si tu meta es enseñarles el método inductivo, enfócate en un paso a la vez. Quizás dedicando una semana a cada paso, o tomando un día del fin de semana cuando tengas más tiempo, para explicarles cómo hacerlo.
- Si lo que quieres es que ellos desarrollen independencia al estudiar las Escrituras (porque ya tienen un buen fundamento para dar ese paso más profundo), piensa en cómo lo van hacer. Tendrán un diario donde ellos harán notas sobre lo que leen, ¿en qué momento del día o de la semana van a discutir lo que ellos están aprendiendo?
¿Qué hago si mis hijos no están emocionados con este reto?
Hermanos, siendo realistas, tus hijos probablemente no van a saltar de la emoción cada vez que les digas que es tiempo de sentarse a leer. Si sientes en ellos resistencia, reconóceles que a veces a ti también te pasa, y que no siempre sientes amor y deseo por la Palabra de Dios.
Oren juntos pidiendo la ayuda del Espíritu Santo. Y luego, lean con fe. La Palabra de Dios siempre cumple aquello para lo que el Señor la ha enviado. Confía en el poder del Espíritu de Dios para hacer una obra sobrenatural tanto en ti como en tus hijos al exponerse a la Palabra día tras día.
Toma en cuenta que tus hijos son niños, no adultos.
- Dependiendo de la edad de tus hijos ellos pueden hacer varias actividades mientras escuchan la Palabra que los ayuden a enfocarse y no distraerse. Pueden hacer un dibujo, construir con legos la historia que escucharon, subrayar con código de colores a medida que leen contigo.
- Quizás antes de leer ellos necesitan hacer ejercicios y “botar” energía.
- La rutina es importante para los niños. Determinen una misma hora donde van a leer juntos (por ejemplo, a la hora de una comida -desayuno, etc; después de comida, antes de acostarse).
- Al mismo tiempo, no lo subestimes porque son niños. Para mí ha sido un gozo escuchar a mis hijas y cómo van procesando lo que van leyendo acerca de Dios y su manera de tratar a su pueblo. A veces parecen estar distraídas, pero no están escuchando y tienen la capacidad de sentarse y escuchar (o leer) hasta los capítulos que son más largos.
- Prepara algo especial que ellos puedan comer mientras leen la Biblia – una batida de frutas, chocolate caliente, helado. Queremos que ellos asocien estos momentos de lectura juntos, como algo deleitoso.
¿Qué pasa si no lo logramos o si nos pasan varios días sin leer?
¿Les confieso algo? Esto ya me ha pasado con mis hijas. Han habido días que no me he sentido bien, o que no me organicé bien con el tiempo y no leímos la Palabra. Pero hermanos, nosotros necesitamos comer. No te desanimes, ni lo tomes como un fracaso. Lo que deleita el corazón de nuestro Padre es que estemos cerca de El, no lejos — avergonzados. Tenemos el espíritu del Hijo en nosotros. El buscaba cada oportunidad que podía para hablar con su papá. El atesoró la Palabra en su corazón.
Así que ahora, nosotros también, con el mismo Espíritu, acérquemonos a nuestro Padre a través de la fuente inagotable de tesoros que es la Palabra de Dios, y llevemos a nuestros hijos a beber con nosotros. Si tenemos que arrepentirnos por nuestra propia apatía o porque nuestras prioridades no reflejan las de Dios, hagámoslo prontamente e inmediatamente recibamos el perdón que El está listo para darnos (1 Juan 1: 9). Con gozo, y con una conciencia limpia por la sangre de Cristo, volvamos una y otra vez a la presencia de nuestro Padre (Hebreos 10: 22). Miremos con expectativa cómo El va a obrar – porque aún cuando somos infieles, El es siempre fiel a sus promesas de hacernos bien a través de Su palabra (Jeremías 1: 12).